Station Eleven: el papel del humanismo tras el fin del mundo
Crítica extendida de la versión reproducida en FilmAffinity. Tenía esta serie apuntada desde hace tiempo, pero no me decidí a verla. No sabía cómo sería de larga, apenas tenía un 6 de media... Un conocido me la recomendó (sin haberla acabado) y dije: «Qué demonios». En menos de 48 horas ya la había devorado. Esta serie no es una serie postapocalíptica al uso. No es The Walking Dead ni el videojuego de The Last of Us ni esa comedieta de The Last Man on Earth (menos mal). Al principio, después de un piloto espectacular, uno queda un poco con la duda de adónde le llevará esta serie. Pero entonces te das cuenta de que no es nada de todo eso. Es mucho más. Y mejor. Para disfrutar aún más Station Eleven yo recomendaría digerirla en un lotecito, un tríptico en conjunción con El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989) y Hojas de hierba (Walt Whitman (1855). ¿Por qué? Porque esta serie no va del fin del mundo, va del comienzo del mund...